![f0066-01.jpg](https://article-imgs.scribdassets.com/48otej014wcmv270/images/file94229E6D.jpg)
en una fiesta universitaria en 2008. Creció rápidamente (quizá demasiado), a medida que miles de usuarios de hasta diez países distintos comenzaron a utilizar su plataforma para comprar y vender ropa de segunda mano. Sin embargo, había un fallo. Era un servicio gratuito y no aportaba beneficio alguno a sus creadores (apenas cubría los costos del servidor mediante publicidad). Hace justo una década, en 2014, probaron la idea de cobrar una comisión de ventas del 20% (al estilo Poshmark), lo que provocó una auténtica revuelta entre su clientela. Su tráfico se redujo a la mitad en solo una noche. “Llegaron a tener las mejores cifras de retención y participación que jamás haya visto en un negocio de este estilo”, afirma Thomas Plantenga, de 40 años, actual CEO