Está muy de moda hablar del embodiment, pero… ¿qué es? Es un concepto que explora la relación entre mente y cuerpo y se refiere a la sensación de estar dentro de un cuerpo y sentirlo como propio. El embodiment significa corporización, sugiriendo que la mente no está solo en la cabeza, sino que se extiende al cuerpo.
El concepto nos pide recordar que nuestros cuerpos y mentes no están separados, sino conectados, surgiendo”, “todo es mental”… Estas frases y discursos, que sin lugar a dudas hemos escuchado, son el tipo de programaciones culpables de que nos sintamos desconectadas de nuestro cuerpo, intentando controlarlo en lugar de escucharlo. El trauma, así como las ideologías religiosas, también pueden influir en cómo nos sentimos acerca de nuestros cuerpos. Si hemos sufrido daño es posible que no nos sintamos seguras en nuestro ser físico. Y si fuimos educadas con ideologías religiosas que nos enseñaron que nuestros cuerpos eran “sucios” o “pecaminosos” es posible que también tengamos dificultades para aceptar nuestro cuerpo a plenitud. Aunado a ello, están todos los estándares de belleza que nos ha impuesto la sociedad, que nada más refuerzan este discurso interno en donde el cuerpo es el enemigo que hay que vencer y domar.