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Nebulossa, pese a que protagonizó una de las actuaciones más aplaudidas en el Malmö Arena, no logró triunfar en las votaciones finales
El grupo alicantino se conformó con el puesto número 22 del ránking, los cuartos por abajo
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● Suiza se alzó con el codiciado Micrófono de Cristal en una de las ediciones más polémicas que se recuerdan de la historia de . Un micrófono que acabó en el suelo, resquebrajado y con un golpe por el que nunca volverá a ser el que era. Quizá un símil de la situación que se vivió los últimos días en Malmö. “Si el micrófono se puede reparar y arreglar, Eurovisión también”, dijo Nemo, el representante de Suiza, país neutral donde los haya. ‘The code’ le hizo alcanzar la gloria y le convirtió en la primera persona no binaria (no se identifica ni con el género masculino ni con el femenino) en ganar el Festival. El conflicto entre Israel y Palestina fue uno de los ejes sobre los que giraron gran parte de los desencuentros en los días previos a la gran final: problemas con la prensa, boicot a la representante israelí, abucheos y llegaron a su punto álgido unas horas antes de que se proclamase al ganador. La organización confirmaba que Países Bajos estará excluido de la gran final por un incidente que ya estaba investigando la policía sueca. Al parecer, todo provenía a raíz de una denuncia presentada por una mujer del equipo de producción, después de que el artista holandés le gritase en uno de los ensayos. Ahí es nada. Pero si hubo unos grandes protagonistas, esos fueron Nebulossa. Los representantes españoles, Mery y Mark, lograron aportar esa dosis de buen rollo, de energía, de reivindicación y de optimismo con la que fue siempre concebida su canción. Tanto, que el mensaje caló perfectamente entre el público del Malmö Arena.