La religión en Rumanía ha sido un elemento fundamental en su historia, marcada por una diversidad de creencias y luchas por el poder eclesiástico. Uno de los hitos más significativos fue la fundación de la organización eclesiástica ortodoxa rumana, cuyas sedes principales se establecieron en las respectivas capitales de Curtea de Argeş y Suceava, convirtiéndose en los centros de la Metropolita Ortodoxa, encabezada por clérigos de alto rango.
Este proceso se. Por ejemplo, en 1391, en Transilvania, específicamente en Peri, se había establecido un arzobispado bajo el patriarcado ecuménico. Sin embargo, el avance de la iglesia ortodoxa no fue sin desafíos. En particular, tuvo que enfrentar la influencia católica del feudalismo húngaro y polaco.