Hasta el fin del mundo
The Dead Don’t Hurt (EE. UU., Can., Din., Méx., 2023, 129 min.). Dir.: Viggo Mortensen. Int.: Vicky Krieps, Viggo Mortensen, Danny Huston, Garret Dillahunt, Solly McLeod. WESTERN.
En Falling (2020), ópera prima como director de Viggo Mortensen, se asomaba, vía televisiva, Río Rojo (1948), de Howard Hawks, cuyo duelo entre un totémico, superado por el paso del tiempo y convertido en un anacronismo, John Wayne y un hijo no hijo, Monty Clift, desafiante futuro de un nuevo Oeste, le servía a Mortensen como reflejo de un drama paternofilial sobre ausencias y modelos de masculinidad con dificultades para encajar en un mundo diferente. Que el actor-director (también guionista y en la banda sonora) haya terminado en territorio western se revela como consecuente con todo lo apuntado ya en su debut, en especial porque en este universo donde conviven mitología e historia (leyenda y verdad, según el evangelio John Ford) sigue explorando el discurso sobre el héroe ausente, un nuevo padre que no lo es al uso, y que en ese vástago que cual Telémaco lo aguarda en casa, un hogar defendido por una Penélope fuerte y resolutiva (el personaje de Vicky Krieps, la verdadera protagonista y heroína), encontrará una suerte de redención y de asunción de su imagen (fordiana) fuera de encuadre.
Hasta el fin del mundo es esa odisea de un hombre desarraigado vista desde su mujer, la única que de verdad construye un futuro en una nueva América despiadada, racista y misógina. Viejo/ Moderno Oeste donde una tumba puede significar una esperanza, y donde un río (rojo por lo que allí se lava) es el punto de bautismo sanador del hombre western. Río que desemboca en el mar (de la tranquilidad) de los créditos finales, mar tan icónico como el de aquella extraña, poética y deconstrucción de lo masculino desde lo femenino, El rostro impenetrable (1961), de y con Marlon Brando.
Con perdón. Hasta el fin del mundo, western donde su ‘héroe’ no dispara ni mata a nadie, pero donde la violencia existe y es cruelmente cruda (la violación), se mira en dos de Clint Eastwood: Sin perdón (1992) con su pistolero atormentado, y El fuera de la ley (1976) con su viaje hacia las paces con los demonios internos gracias a la fortaleza y determinación femeninas. Viggo Mortensen sabe manejar los tipos y arquetipos del género dándoles un toque genuinamente europeo, en ocasiones brechtiano (el juez, el sheriff, el pianista…), y qué más Bertolt Brecht que la madre (mujer) coraje que hace de la segunda película como director del actor una joya. Fausto Fernández
Entrevista con Viggo Mortensen en núm. 2.166. Reportaje en pág. 54
ESTRENO: 10 MAYO
PARA COMPAÑEROS DE VIAJE DE UN GÉNERO, EL WESTERN, HACIA GRANDES HORIZONTES.
Lo mejor: el personaje de Vicky Krieps.
Lo peor: las estampitas Juana de Arco.
