Ser hija de una gran diva como es mi madre, no fue cosa fácil. Mi mamá era muy joven cuando empezó su carrera en el cine y corrió con mucha fortuna, pues trabajó con actores y directores muy cotizados. Yo fui una niña feliz, era muy risueña y muy amiguera, pero también muy solitaria porque ella nunca estaba en la casa.
Y es que mi mami no solo se convirtió en una diva de México, sino del mundo y empezó a viajar mucho a Italia, España, Brasil, Estados Unidos y