Beau Brummel, árbitro del estilo masculino allá por el siglo XIX, sentenció que “para ser verdaderamente elegante, uno debe pasar desapercibido”, un pensamiento que vuelve de inmediato a la cabeza al encontrarse con el arquitecto y diseñador Piero Lissoni (Seregno, 1956). Y eso que no es ni mucho menos la primera vez. A pesar de su estatura y su impecable atuendo –gafas de carey, americana a medida y relucientes zapatos oxford–, la amabilidad de sus maneras y su voz baja se imponen. Coincidimos de nuevo en Budapest, con motivo de una visita
Mucha CLASE
Apr 26, 2024
3 minutos
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