Para la conductora y actriz ser una villana de telenovela es una experiencia que agradece mucho, pues puede vivir cosas que en la vida real no.
“Ser mala es muy divertido, porque en la cotidianidad todo el tiempo te comportas de acuerdo al qué dirán, y como mujer haces las cosas como se deben hacer, te enseñan a ser educada, nunca grosera, siempre linda y complaciente; entonces, el de pronto interpretar a una mujer a la que todo eso le vale mad… y se lo pasa por donde quiere me.