El Craso o Meseta de Kras es una región fronteriza entre el sudoeste de Eslovenia y el nordeste de Italia. Subiendo por los senderos de Rupinpiccolo, se alzan los restos pétreos de un castelliere, una antigua estructura con fines defensivos que fue utilizada desde el 1800 hasta el 400 a. C. Y precisamente cerca de allí fueron descubiertas recientemente dos grandes piedras circulares que llamaron la atención de los arqueólogos y que resultaron ser valiosísimas piezas astronómicas con una antigüedad de 2400 años que, además de pertenecer a una civilización prácticamente desconocida, representan una estrella que no coincide con ninguna de las que podemos ver actualmente, demostrando que aún nos quedan muchas cosas que saber sobre nuestro pasado como especie y el nivel evolutivo y los avances científico-técnicos de nuestros ancestros, poniendo en entredicho las teorías actuales sobre la astronomía antigua.
Los descubridores fueron el astrónomo del Observatorio Astronómico de Trieste (INAF, por sus siglas en italiano) Paolo Molaro y el arqueólogo de la Universidad de Ca’Foscari de Venecia y del laboratorio ICTP-Elettra X-Ray para la Herencia Cultural y la Arqueología, Federico Bernardini, quienes publicaron los sorprendentes resultados de su investigación en la decana revista alemana Astronomische Nachrichten a finales de 2023.
Se trata de dos gruesos discos de unos 50 centímetros de diámetro y 30 cm de profundidad. Uno de ellos se cree que representa al Sol, y lo más importante: el otro podría ser el mapa celeste más antiguo descubierto hasta de Rupinpiccolo todavía cumplía funciones defensivas, por una persona «armada con un martillo y un cincel de metal rudimentario con una punta de 6 a 7 mm». Algo realmente sorprendente.