El género buscaba así nuevos caminos para expresarse más allá de las fronteras del rodaje en estudio y la adaptación de los grandes musicales de Broadway y salía a estrecharle la mano a la realidad para llegar a un público más joven.
Ejemplo de ello son las tres películas protagonizadas por los Beatles que se incluyen en esta entrega y , sirviendo todas ellas, pero sobre todo esta última, como emblemático antecedente de los vídeos musicales de décadas posteriores. Richard Lester, que forjó su fama como director con los éxitos de las dos películas de los Beatles en imagen real, fue también el encargado de dirigir el musical que cierra esta selección, tejido según las claves de la farsa desarrollada en la Roma imperial y que fue el último gran papel de un maestro del humor en el cine, Buster Keaton.