El amor es un tema central en la vida de los royals y no sólo ha marcado su destino sino alimentando la imaginación del público. Por eso aquí exploramos historias de amor imposible, aquellas que no tuvieron un final feliz, como sus protagonistas hubieran querido, y que enfrentaron grandes desafíos, una gran presión mediática y difíciles responsabilidades públicas
EL PRÍNCIPE ANDRÉS Y SARAH FERGUSON
Los duques de York aparentemente eran “la pareja perfecta” y estaban superenamorados, no obstante, experimentaron grandes dificultades matrimoniales y feísimos escándalos de infidelidad. Aunque se divorciaron y Sarah (ella le fue infiel a Andrés con un amigo estadounidense de la pareja y las escandalosas fotos salieron en diarios de todo el mundo) fue despreciada por la familia real, entre ellos dos siempre ha habido una relación cercana, e incluso han vivido en la misma mansión cercana al castillo de Windsor. Ninguno se ha vuelto a casar a pesar de haber tenido relaciones con otras personas, de Beatriz y Eugenia, demostrando que, a pesar de los obstáculos, ella y Andrés han logrado preservar su amistad. Increíble, pero así es.