Las marcas relojeras mantienen una compleja relación con el pasado. Un reloj de lujo, que a menudo funciona con algo tan sencillo como un muelle helicoidal, es anacrónico por naturaleza. Las empresas relojeras recurren a diseños creados entre los años 30 y 80, inspirándose en las creaciones que las hicieron famosas cuando no existían las pantallas digitales.
Esta táctica es tan exitosa para marcas como Tag Heuer y