No echo de menos el cine independiente. Con Godzilla vs. Kong (2021) y Godzilla y Kong: El nuevo imperio he descubierto que puedo seguir explicando las historias que me apetecen y como me apetecen, pero con más de 200 millones de dólares y todas las facilidades del mundo para hacerlo. No sé si los críticos del Village neoyorquino ahora me mirarán mal. No me importa. Soy el mismo tipo de antes, con los mismos referentes. ¿Qué hay de malo en querer darle al público algo a gran escala? Un autor lo es con mil dólares o con diez mil veces más de presupuesto. Adam Wingard (Tennessee, 1982) lo tiene claro, y pese a su aspecto de paleto del sur con greñas y barba a lo ZZ Top, puede presumir de ser el primer director que repite en el monsterverse de la Warner y Legendary Pictures.
EL TAMAÑO (Y LA HISTORIA) IMPORTA
nos puntualiza, Blair Witch Godzilla y Kong: El nuevo imperio