EL MERCURIO ESTÁ POR DEBAJO DE DIEZ GRADOS. El asfalto mojado y la oscuridad invernal conspiran para mantener la temperatura de los neumáticos muy por debajo del nivel óptimo. La estrecha carretera italiana serpentea delante de nosotros. O al menos eso me imagino, porque la niebla es tan espesa que la visibilidad se reduce a apenas unos metros. Y además el asfalto debajo de las ruedas no es una pista de carreras, sino que presenta irregularidades y desperfectos.
¿Y nuestro coche elegido para este inmejorable entorno? Uno de los cinco Pagani Huayra Codalunga (significa cola larga), una belleza construida a mano cuyo precio supera los siete millones de euros. Tracción trasera, motor V12 biturbo, 840 CV y suficiente fibra de carbono como para hacer sonrojar a un equipo de F1. Cuando Horacio Pagani y su equipo crearon este exquisito automóvil en su fábrica cercana a Módena, no lo hicieron pensando en las condiciones meteorológicas de hoy.
Con la primera marcha puesta, cada átomo del Codalunga pide más libertad. Incluso a baja velocidad, el cambio manual automatizado de siete velocidades suministrado por Xtrac se siente ansioso por seguir adelante. Pero aquí debemos hacer una pausa, porque el coche merece una presentación adecuada. El Codalunga es lo que sucede cuando los multimillonarios se aburren. En un mundo donde quienes encabezan la lista Forbes luchan