En su obra The richest man who ever lived, Greg Steinmetz –ex editor de The Wall Street Journal– calcula que la fortuna de este banquero alemán (que vivió entre 1459 y 1525) superaría con creces los 500.000 millones de euros actuales. Steinmetz cuenta en su libro que “cuando murió en 1525, su fortuna representaba algo menos del 2% de la producción económica europea. Ni siquiera John D. Rockefeller podía presumir de semejante riqueza”. Jakob El Rico tenía –qué duda cabe– nervio para los negocios. Sin su apoyo financiero, Carlos V nunca hubiera sido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Monopolizó el mercado del cobre y la plata, metales de gran uso en el siglo XV e incluso creó el primer servicio de noticias para obtener información privilegiada y adelantarse a sus competidores financieros.
Pese a su buen olfato para amontonar dinero, hoy en día su legado más famoso es el barrio de viviendas sociales Fuggerei en Augsburgo. Creado para jornaleros, artesanos y sus familias a bajo coste, aún sobrevive hoy en pie, 500 años después de su creación. Así, el primer millonario documentado se convirtió en uno de los precursores de la filantropía moderna.