HAY LIBROS QUE BAJO SUS CUBIERTAS ESCONDEN auténticos ritos de paso en negro sobre blanco, páginas transformadoras que marcan un antes y un después de su lectura. Pero, aunque sea rigurosamente cierto que al terminar un libro uno nunca es el mismo que lo empezó, de ningún modo pretendemos glosar el célebre “lo único constante es el cambio” de El oscuro de Éfeso. Nada más lejos de nuestra intención.
Proveniente de la antropología, el concepto de ‘rito de paso’ fue acuñado a comienzos del siglo pasado por el etnólogo francés Arnold van Gennep y, pese a que la clara separación entre lo religioso y lo laico -una de las características definitivas de las sociedades avanzadas- era ya un hecho, la expresión caló de