“¿Y qué hago con , llamado el ?’. Todos contestaron: ‘Que sea crucificado’ (…). Al darse cuenta Pilato de que no conseguía nada, sino que más bien aumentaba el alboroto, pidió agua y se lavó las manos delante del pueblo…” (, 27). El célebre gesto con el que el prefecto romano en Judea, se desentiende de la causa contra el Nazareno, declinando toda responsabilidad hacia el pueblo judío, solo se menciona en uno de los cuatro Evangelios. Teniendo en cuenta que el evangelio de Mateo está trufado de licencias literarias, es probable que el famoso lavado de manos de Pilato no sea más que una referencia inspirada en el Antiguo Testamento. Tal y como señala en “Ciudadano Jesús” (2012): “Muchos comentaristas, al no encontrar paralelos para el lavatorio de Pilato en el mundo grecorromano, piensan que ha sido inventado por la tradición cristiana a partir de una reflexión sobre textos como el Salmo 26:6: ‘Yo lavaré mis manos en la inocencia y andaré en derredor de tu altar’”.
PONCIO PILATO, EL POLÍTICO QUE NO HIZO NADA
Mar 01, 2024
2 minutos
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