“Nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que perezca toda la nación” (Juan 11, 50) es la frase que se le atribuye a en una reunión que habrían mantenido saduceos y fariseos, y que habría tenido lugar algunos días antes de su arresto en Getsemaní. Tras ser identificado por Judas, y antes de ser entregado a Jesús fue llevado ante la asamblea de rabinos del Templo o Sanedrín, donde respondió las preguntas de Caifás, el sumo sacerdote. Este era la máxima autoridad religiosa entre los judíos, aunque bajo dominación romana no conservara tanto poder como el que sí ostentaba en tiempos de los macabeos (cuando Israel mantenía su independencia política de potencias extranjeras).
CAIFÁS, EL CONSPIRADOR
Mar 01, 2024
1 minuto
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos