No obstante, a medida que las sociedades y las actividades humanas fueron evolucionando con el pasar del tiempo, estos perros perdigueros han experimentado una serie de cambios morfológicos y comportamentales. Y, en la actualidad, gracias a su carácter naturalmente tranquilo y dócil, pueden convertirse en excelentes compañeros de personas y familias con personalidades y estilos de vida muy diversos.
Origen
La carencia de registros escritos precisos deja la historia del perdiguero de Burgos un tanto confusa y hace que sea difícil saber con exactitud cuándo se han originado los primeros ejemplares de la raza y cómo se han logrado desarrollar las características morfológicas y comportamentales que hoy la identifican. No obstante, se supone que estos peludos comparten un ancestro con el perdiguero portugués, el perdiguero peninsular, una antigua raza canina autóctona de la Península Ibérica, cuya presencia en esta región está documentada al menos desde el siglo X. Sin embargo, sus rasgos más característicos estarían fuertemente influenciados por cruces posteriores con el pachón navarro, sabuesos españoles y perros pointer de contextura corporal más fina.
■ También hay cierto consenso respecto a que los primeros individuos considerados como representantes de esta raza se desarrollaron en toda la región de Castilla y León, y no solo en la provincia de Burgos (aunque allí hayan ganado mayor notoriedad). La representación más antigua de estos perdigueros que conocemos en la actualidad se encuentra en un cuadro del año 1765, titulado “Retrato en traje