Franz Beckenbauer (11 de septiembre de 1945), aún no habían transcurrido ni siquiera seis meses desde quenueve años–, el milagro alemán ya era una realidad: sus fábricas y sus campos de fútbol iban a dominar las siguientes décadas de historia. Icono del nuevo fútbol teutón y símbolo de una generación contestataria –de pelo largo, patillas hirsutas y pantalones acampanados–, transformó la posición de líbero en un símbolo de la modernidad, levantando todos los trofeos imaginables con el Bayern de Munich o la , la selección germana, a la que también haría campeona del mundo como entrenador en 1990. Si existiera un para los mejores futbolistas de todos los tiempos, él lo visitaría cada tarde.
