n abril de 2018 la Audiencia Nacional de Navarra publicó la sentencia por el caso de La Manada. Los agresores fueron condenados por abuso sexual, un tipo penal con menor consideración que la agresión porque se entiende que no se ejerce violencia. La indignación social dio impulso al movimiento. Dejando a un lado el debate político y social, en nuestro día a día, lejos de los tremebundos casos de violencia sexual como el de La Manada, no podemos ignorar que en el terreno del deseo reina la ambigüedad, y que en esta oscura dimensión del ser humano, la voluntad tambalea. Síes y noes que quieren decir noes y síes o incluso que no saben del todo, o no saben para nada, qué quieren realmente decir. Síes arrepentidos, noes dudosos… Silencios que dicen sí y no y otros que dicen no o sí. O los tan recurrentes sí que flaquean en un no y los vigorosos no que remontan en triunfales sí. La pregunta sobre el consentimiento es en definitiva el problema de la puesta en palabras de la aprobación. ¿La aprobación es explícita o podemos interpretar su ausencia como una aprobación tácita? ¿Cómo decir un sí neto, claro y solar? ¿Cómo decir un sí sin sombra, sin retención, sin ambigüedad? La realidad resiste a la simplicidad de la fórmula.
EL CONSENTIMIENTO
Jan 19, 2024
2 minutos
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