n otoño del 2013, pudimos asomarnos por dos veces a la vida fascinante, oculta, de , una artista que despuntó en la fotografía, que se codeó con lo más granado de la intelectualidad francesa y cuyas obras tienen hoy un valor cada vez mayor. Se trató de dos trabajos distintos y complementarios: el de una profesora barcelonesa de Historia del Arte y organizadora de exposiciones: , con (Circe), y el de una narradora argentina, , con , que ahora se reedita por parte de la editorial Vaso Roto. La primera proponía una visión apartada del tópico de considerar a Maar la mera compañera sentimental de un que la abandonaría tras diez años de relación tempestuosa; la segunda pone el foco en «el ojo» cual «bola de cristal», «pineal» y «surreal», concepto sagrado
Dora Maar Mucho más que la amante de Picasso
Jan 07, 2024
5 minutos
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