Encendemos la televisión y escuchamos las noticias habituales: guerra, pandemia y cambio climático. De repente, una noticia científica: la inteligencia artificial (IA) ha ayudado a resolver algún problema clave de la humanidad. ‘La IA’. Así de simple. Como si se tratara de un ente consciente con el que podemos tomar café, nos comprende y discutimos de conceptos abstractos. No, no estamos ahí (todavía), a pesar de los esfuerzos de las grandes empresas por hacernos creer que el coche autónomo o las máquinas sintientes están a la vuelta de la esquina.
En la última década los métodos automáticos basados en IA han mejorado enormemente. El aumento de la capacidad computacional, junto con las