PARÍS.- En la tarde del 22 de marzo de 1895 Alice Guy y Louis Gaumont toman asiento en una elegante sala de reunión de la Sociedad de Incentivos a la Industria Nacional, con sede en la Ciudad Luz.
Alice tiene 22 años y lleva dos meses trabajando como secretaria de Gaumont, director administrativo del Comptoir Général de la Photographie. Ambos se notan tan desconcertados como el resto del muy selecto público invitado en forma misteriosa por Louis y Auguste Lumiére.
“Una sábana blanca estaba tendida en uno de los muros de la sala. En el otro extremo uno de los hermanos Lumlére manipulaba un aparato que se parecía a una lanterna mágica, cuenta Alice en su autobiografía. Apenas se apagó la luz, surgió la fábrica Lumiére en esa pantalla improvisada: las puertas se abrieron y salló el flujo de los trabajadores que gesticulaban y se reían antes de irse aun café o a su casa. Luego vimos las películas hoy clásicas de La Llegada del tren y del Regador regado. Acabábamos de asistir al nacimiento del cinema”.
Alice Guy y Louis Gaumont salen subyugados, la primera por la magia de las imágenes animadas, el segundo por la proeza tecnológica y sus perspectivas comerciales. Ambos entienden que es el fin del kinetoscopio que lleva meses apantanando al mundo, pues el aparato inventado por Charles Edison y perfeccionado por William K.L. Dickson sólo ofrece una visualización individual de escenas movidas de escasos 20 segundos.
Alice Guy y Gaumont aún no lo saben, pero esa tarde va a cambiar su destino de manera radical. La joven estenodactilógrafa se convertirá un año más tarde en la primera realizadora de películas de ficción de la historia del cine. Su jefe acabará comprando el Comptoir Général de la Photographie junto con varios socios, entre los cuales destaca Gustave Eiffel, y creará la primera compañía productora y distribuidora cinematográfica del mundo, la famosa Gaumont.
El 28 de diciembre de 1895 los hermanos Lumiére organizan una exhibición pública de sus películas en París. ¡Una primicia mundial!
Esa proyección se