A daptación de la novela del mismo título publicada en 1985, la película ganó tres premios Goya (película, dirección y guion) en la primera ceremonia de dichos galardones que se celebró en el Teatro Lope de Vega de Madrid; justa recompensa para una cinta que no tuvo el favor del público en un primer momento y que, sin embargo, se considera hoy un clásico del cine español de los años ochenta.
Las historias de cómicos de la legua son un anacronismo viviente, una raza condenada a la desaparición en los años cincuenta durante los cuales se desarrolla la película de Fernán Gómez. El director, con buen criterio, cede el protagonismo a José Sacristán (Galván, hijo) que compone uno de los antihéroes más emblemáticos de nuestra cinematografía.