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Su adiós fue de esas funciones exitosas (‘agotadas las localidades’) que tanto vivió en su carrera. Arropada por el cariño de los suyos y del público, Concha Velasco saludó mientras se bajabay pequeña pantalla o sobre los escenarios. De chica de coro en las revistas de Celia Gámez, Conchita Velasco saltaría al cine, primero con breves roles (una de las doncellas de Carmen Sevilla en) y ya en nada robando las películas en las que participópor su belleza, chispa, alegría y aires de chica moderna (antes de la yeyé que Sáenz de Heredia inmortalizara en) en una España gris. Reinó desde entonces en la comediafuera junto a Tony Leblanc o a Manolo Escobar en y
