E l año 1950 fue un año realmente prolífico en cuanto a avistamientos ovni se refiere, pero la mayoría de los testimonios procedían de personas que no sufrieron ninguna presión a la hora de dar a conocer aquello que habían presenciado. Por ese motivo, llama la atención las declaraciones de varios militares españoles, destinados en un aeródromo de la provincia de Burgos, que aseguraron haber sido testigos de algo «anómalo» en los cielos, en una época en la que el régimen de Franco no invitaba, precisamente, a admitir este tipo de anomalías.
El 30 de marzo de 1950, el rotativo Diario de Burgos ofrecía a sus lectores el siguiente titular acerca de un extraño y singular acontecimiento: «Un platillo volante fue visto ayer sobre el aeródromo de Villafría». Nada más conocer la noticia –y algunos con más recelo que otros–, los reporteros de diferentes publicaciones corrieron al lugar de los hechos para saber más acerca de caso.
Los datos pronto se fueron acumulando y los reporteros comenzaron a realizar todo tipo