El océano es un sumidero de carbono, es decir, absorbe más carbono de la atmósfera de lo que emite. Los métodos de eliminación de carbono del océano incrementan y aceleran esta capacidad natural. Muchas de las técnicas almacenarían el car-bono atrapado en los sedimentos del relieve submarino y en las aguas profundas, donde podría permanecer por décadas, si no es que por siglos.
Chevron y otros gigantes petroleros tradicionales para entrar al negocio de la captura de carbono. Para los críticos es indignante que las fuerzas responsables de meternos en este desastre global ahora pretendan obtener ganancias a partir de promesas de que pueden limpiar el planeta.
En este debate surge con frecuencia el término “riesgo moral”, la idea de que la gente seguirá arriesgándose si se cree protegida de las consecuencias. Si los legisladores, sin mencionar a la gente promedio, piensan que tal vez tenemos una solución mágica para este CO2 tan problemático, entonces tal vez empezarán a preocuparles menos el petróleo, gas y carbón que extraemos de la tierra. Pero los defensores de la extracción del carbono indican que nos urge hacer las dos cosas al mismo tiempo: reducir las emisiones futuras y revertir los efectos de lo que ya hemos emitido.
“Me queda clarísimo que se trata de una solución al problema, incluso si no es la solución –dice Aradóttir–. Básicamente vamos a tener que hacer esto, además de todo lo demás que debe hacer el mundo para descarbonizar toda la energía que utilizamos”.
O, como asegura Matthew Warnken, director de la empresa australiana Corporate Carbon: “La gente me dice constantemente: ‘Guau, ¿es una solución milagrosa para el problema del cambio climático?’. Y les respondo que no, no lo es. Pero sí es una solución entre varias y la vamos a necesitar”.
La afirmación de Warnken surge a partir de las proyecciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC), las cuales señalan que cualquier vía realista para abordar la emergencia climática debe incluir la extracción de carbono a escala masiva. Evitar que la temperatura global supere el umbral crítico de 1.5°C por encima de los niveles preindustriales, exigirá alcanzar la neutralidad de carbono y extraer 12 000 millones de toneladas de CO2 cada año para mediados de siglo.
Se trata de un desafío monumental: añadimos tres veces esa cantidad en emisiones de gases de efecto invernadero en un solo año.
extrae de la atmósfera proviene de la naturaleza y de soluciones convencionales fundamentadas en ella, como plantar árboles y