lgún día le contaré a mis nietos que estuve encerrado en casa tres meses por culpa de un ‘bichito’ que te podía llevar al otro barrio. También que cuando era un crío y me aburría en el pueblo, tiraba de bicicleta porque no había mucho más donde elegir, como sucedía con la merienda, todos los días igual: pan, mantequilla y azúcar. Historias, a fin de cuentas, de abuelo cebolleta, entre la anécdota y la reprimenda, según se mire. Aunque si hay algo que les pienso decir, y con orgullo, es que conduje coches de verdad. Quizá cuando ellos tengan 10 años y yo cerca de 75, la conducción autónoma esté tan extendida como la avispa
EL FIN DE UNA ERA AUDI TT RS Y R8 PERFOMANCE
Oct 23, 2023
4 minutos
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos