Las campanas tibetanas (también conocidas como campanas de cristal) provienen del Lejano Tíbet. Allí, los monjes budistas las utilizan desde hace siglos para acompañar sus rezos y plegarias, como así también los momentos de meditación. Este instrumento, a diferencia de las campanas comunes, tiene la forma de una copa, y se obtiene a partir de la aleación de siete metales: plata, oro, hierro, mercurio, plomo, estaño y cobre.
