LA FIGURA DEL EMBLEMÁTICO EMPERADOR DE FRANCIA EJER-CE TANTA FASCINACIÓN ENTRE EL GRAN PÚBLICO, QUE SU IMA- GEN NO PODÍA DEJAR DE APARE- CER SIQUIERA EN LOS PRIMEROS FOTOGRAMAS DEL CELULOIDE. Si se tiene en cuenta que la primera proyección cinematográfica por los hermanos Lumière tuvo lugar en marzo de 1895, la aparición de Napoleón en el cine es tan temprana como 1897. Entrevue de Napoléon et du Pape, metraje de un minuto, dirigido y protagonizado por Georges Hatot (1876-1959), pretende reconstruir su encuentro con Pio VII en Fontainebleau en 1804, y es la primera película sobre Napoleón llevada a la gran pantalla.
Más tarde, sería el genio de Stanley Kubrick (1928-1999) quien, a finales de la década de 1960, en su exceso de perfeccionismo –histórico– dejó inacabo su proyecto de realizar la mejor película sobre Napoleón jamás rodada –proyecto que retomó Steven Spielberg (1946) para una serie de HBO–. Hubo que esperar a noviembre de este año 2023 para que Ridley Scott (1937), a quien se atribuye el mérito de rescatar el género del “cine de romanos” con Gladiator (2000), para que la gran pantalla nos devolviera la que los críticos consideran la mejor versión cinematográfica del personaje más icónico de la Historia universal…
CUANDO VEAS LA CORONA DE TU VECINO CAER…
El estallido de la Revolución Francesa (1789), con la consiguiente decapitación en público de (1754-1793), había dibujado un nuevo escenario en la Europa que transitaba en las postrimerías del Siglo de las Luces: Francia (antes monarquía, ahora república) se convertía en el principal enemigo del resto de Europa.