MEDIADOS DE LOS AÑOS 30 DEL SIGLO PASADO. La movilidad estaba viviendo momentos convulsos. Se empezaba a pensar que el automóvil tradicional, grande y costoso, estaba bien, pero debía dar paso a coches más sencillos.
Aparecieron figuras como Joseph Ganz en Alemania, que defendía un modelo pequeño pensado para el pueblo. Un volks-wagen (ya sabes, "coche del pueblo" literalmente en alemán) con el que movilizar a las masas. Este hombre tuvo un proble-ma, que era un judío en la Alemania nazi: descartado. Su testigo lo recogió Ferdinand Porsche, que fue el que recibió el encargo del concepto.
Los alemanes no