LLEVA meses alejada del foco mediático y reconoce que, aunque este tiempo le ha venido bien para poner en orden sus ideas, echa de menos la televisión. Pero Olga Moreno (47) también dice que ahora mismo está “tranquila y feliz”. Dos palabras que repetirá varias veces a lo largo de lo que empezó como una entrevista y acabó convirtiéndose en una charla distendida y amena. Y eso que desde el principio ya nos avisó, un poco nerviosa, que iba a hablar solo de ella, de cómo se sentía, cómo estaba afrontando su vida, su presente y su futuro. “No voy a hablar de nadie más que de mí”, nos advirtió.
Hace unos meses nos contaba que la relación con su exmarido era muy buena, cordial, que era un padre 10 y que eso no iba a cambiar nunca. Hoy las cosas parecen haber cambiado porque no hay forma de que suscriba esas mismas palabras, como si hubiera corrido un tupido velo sobre él.
Una realidad
¿Y de Agustín habla? “Bueno, de él sí, claro”, nos dice con una deslumbrante sonrisa que confirma que su corazón está de nuevo ocupado. Si en octubre del año pasado se sentaba con nosotros para contar lo que solo era una ilusión, un proyecto, hoy Olga habla ya de una realidad, y de una relación más que consolidada con Agustín Etienne, su representante pero también, y por encima de todo, su amigo, su amante, su amor, ¿y quizás su futuro marido?
Durante nuestro encuentro, las muestras de cariño entre ambos son constantes. Acaban de pasar unos dias en Formentera, lucen bronceado y Agus está pendiente en todo momento de su chica, aunque desde un discreto segundo plano. Ella es la