Un problema conocido desde antes de la pandemia comienza a afectar a la aviación regular de los Estados Unidos. En los últimos meses, las compañías aéreas norteamericanas se enfrentan a cancelaciones masivas de vuelos y se ven imposibilitadas de añadir frecuencias o rutas no por una demanda baja, problemas en la flota o meteorología adversa, sino por la falta de pilotos. Aunque se ha potenciado más recientemente, la cuestión comenzó a dar señales de que sería un problema real y serio a mediados de 2019, cuando las mayores compañías aéreas notaron la mayor dificultad de contratación de nuevos aviadores.
Para tener una idea, en julio de 2021, cuando el mundo todavía enfrentaba los desafíos de la pandemia, en especial la incertidumbre de una reanudación completa de los viajes aéreos, las aerolíneas norteamericanas contrataron a más de 5.500 pilotos.
Según Future & Active Pilot Advisors, una empresa de consultoría de carreras para pilotos, fue la mayor contratación desde 1990. Ya el año pasado se contrataron más de 13.000 pilotos y, según la Future and Active Pilot Advisors (FAPA), de ese total, 11.372 pilotos fueron contratados por las doce principales compañías aéreas de enero a octubre. Además, otros 9.500 retiraron sus licencias de piloto comercial.
La Secretaría de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos (Bureau of Labor Statistics) mostró que en 2021 había más de 135 mil pilotos profesionales en servicio en ese país, pero las estadísticas muestran que la demanda anual de nuevos profesionales será de al menos 18 mil pilotos al año, en un movimiento que deberá mantenerse hasta mediados de la próxima década, que, si se confirma, será al menos dos veces y medio mayor que la media histórica.
PARADOJA
El movimiento es exactamente lo contrario de lo que ocurre hace casi cincuenta años en Estados Unidos. Desde los años 1970, el país asiste