Y PARA ENCONTRAR ESTE CARBURANTE nos hemos ido a la Patagonia chilena, a la gasolinera más avanzada del planeta, la planta de pruebas de combustible sintético de Porsche.
La manguera de llenado es como cualquier otra, salvo que el medidor está en el boquerel, no en el surtidor y que hay dónde pagar. Casi mejor porque ahora mismo –y seguramente en los próximos años– el precio estará por las nubes. No hay más surtidores ni clientes, solo personal de la fábrica. Y, por supuesto, no hay tienda donde comprar unas chocolatinas.
Sobre nuestras cabezas, las palas de 20 metros de una turbina de viento Siemens se mueven silenciosamente, produciendo unas sombras surrealistas que se mueven rápidamente por unas instalaciones que parecen una mezcla entre una base lunar y una película de James Bond. El medidor ha llegado a los 80 litros y con nuestro Panamera Turbo S E-Hybrid repostado, es momento de tomar una decisión: movernos a punta de gas con en modo eléctrico o dar rienda suelta al sonoro V8, esta vez sin sentimiento de culpa por el CO2.
El combustible que está en el depósito es sintético y está producido de un modo renovable, no es un derivado del petróleo. El carbono que emitamos a la atmósfera se ha extraído de ahí hace no mucho, de modo que centenares de kilómetros de