@Rafaikkonen
Este mes, tocan elecciones generales del Estado, pero, cuando vayamos a votar, nosotros no lo haremos por ninguno de los partidos españoles que se presentan. Ni el PP, ni el PSOE, ni Sumar, ni Vox, ni ERC, ni el PNV, ni Teruel existe… No, no estamos pensando en el PACMA, y tampoco en hacer la gracia de envasar en un sobre una rodaja de chorizo grasienta. Lo que echaremos dentro de la urna será la papeleta de Capcom, un partido japonés que está en la cresta de la ola de las encuestas y que bien podría tener como sus cabezas de lista a genios como Jun Takeuchi, Ryozo Tsujimoto o Hideaki Itsuno. Éstos, con la ayuda del propio aparato del partido y bajo un lema que bien podría ser el de "Por consiguiente, Capcom presidente", valga, en este caso sí, la gracia), han contribuido de forma muy notoria a lavar por completo la imagen de una compañía de videojuegos que, por momentos, llegó a ser realmente déspota, y no ilustrada, precisamente. Y sí, disfrutaremos lo votado, porque nadie en su sano juicio pensaría hoy día que Capcom va a esquilmar las arcas públicas, a gobernar para sí misma o a hacer promesas electorales que sepa que son imposibles de cumplir.