EL SECTOR DEL LUJO NO PARA DE CRECER. Lo hacía antes de la pandemia (en torno a un 8,8% en 2019 en el mundo); aguantó el COVID mejor que el resto (el 11,9% que bajó en 2020 es la mitad de lo que sufrieron otros sectores) y volvió luego a subir de forma disparada en los años siguientes (por encima del 21 % en 2021 y 2022). Los expertos auguran que la tendencia es imparable; y dicen más: en España, las expectativas son aún mejores, porque partimos de un escalón inferior y por nuestro tradicional y también creciente atractivo turístico.
Viento en popa, por tanto, para la alta gama en el mundo y especialmente en nuestro país. Y eso incluye, por orden de importancia, coches de lujo, el sector que más dinero mueve; bienes personales como moda,, vinos y destilados; muebles de diseño; arte y por último, aviones y yates privados. En total, el año pasado se compraron productos y servicios de este tipo por valor de un billón cuatrocientos mil millones de euros. La cuantía de la cifra aconseja su lectura en letras, pero quizás solo una comparativa puede dar idea de su magnitud: es equivalente, por ejemplo, al Producto Interior Bruto de España del mismo año; o, por ir a algo más prosaico pero significativo, digamos que ese dinero serviría para que el Real Madrid fichara 13.592 jugadores tan caros como Bellingham.