Hay un antes y un después del 29 de mayo de 1953 en la historia del monte Everest. Hasta esa fecha, en la que el neozelandés Edmund Hillary y el nepalés-indio Tenzing Norgay alcanzaron la cima, el techo del mundo desprendía un halo místico de objetivo inalcanzable. “Demostraron que sí era posible hacerlo, se convirtieron en una especie de estrellas de rock del momento”, asegura Peter, hijo de Edmund.
La dupla pasó a la historia no solo por ser los primeros en lograr el hito, sino también por su esfuerzo continuo en mejorar las condiciones del