Guillermo Pepe pasó varios meses de 2022 y 2023 sin dormir. No era para menos: después de nueve años al frente de Mamotest, la empresa social que fundó desde su Corrientes natal con el objetivo inicial de brindar telediagnósticos de cáncer de mama a mujeres de toda Argentina, el emprendedor se enfrentaba a un doble desafío. El primero: recorrer el mundo, de Berlín a Dubái y de Ginebra a Silicon Valley, en busca del inversor ideal. El segundo: usar esos fondos para refundar su empresa, cambiando por completo el modelo de negocios y encarando la expansión en Latinoamérica para, en última instancia, volverse global.
A fines de marzo pasado, logró concretar el primero, cuando Mamotest anunció el cierre de su Pre Series A por US$ 3,3 millones. Una ronda liderada por Johnson & Johnson Impact Ventures, con la participacióndel VC Sonen Capital, Sky High y otros inversores privados, además de otros preexistentes como Merck Sharp & Dohme (MSD) y Banco Comafi. Así, la inversión acumulada alcanzó los US$ 5 millones, con una valuación de la empresa estimada en US$ 18,5 millones.
Pepe no esperó a tener 100% seguridad financiera para arrancar con su masterplan: convertir a Mamotest en una healthtech que se posicione como un big player global a partir del desarrollo de su propia plataforma basada en Inteligencia Artificial (IA). Exactamente un año antes de la ronda, en marzo de 2021, ya inauguraba los nuevos headquarters en México DF. Hoy, esta ciudad es el epicentro desde donde se ejecuta la segunda fase.
El primer capítulo de la historia de Mamotest es el más conocido en Argentina. El cáncer de