CINEFILIA # ¡QUÉ PELÍCULA LA DE AQUEL RODAJE!
Con los años, ya he cumplido 62, sólo quiero que la vida sea fácil, igual que trabajar, y busco sobre todo el lado humano de los proyectos. Estar en con Galder Gaztelu-Urrutia que me dio mucha tranquilidad porque además de un grandísimo actor es un magnífico compañero. Yo no tengo mitificado a nadie, quiero trabajar con quien me quiera y me trate bien. Cuando Carlos me llamó para ofrecerme el papel de Imoguiri, me dijo que era una película pequeña y que no podía pagarme mi caché, pero que si Netflix la compraba, lo haría. Y así fue. Me admiró su honestidad y tengo claro que con él estaré siempre, como ahora que me ha llamado para la segunda parte. La película me vino muy bien a nivel personal, más allá de que me nominaran como actriz en los Premios Feroz y por la Unión de Actores, por ejemplo, y del excelente recorrido de la cinta por festivales, como el de Sitges. Llevaba 12 años sin hacer cine y me pareció la película adecuada para volver, aunque no consideraba que me hubiera marchado. Viví todo el éxito recluida ya que estábamos confinados y también fue una época en la que estaba enamorada… Se dieron cosas muy bonitas. Del rodaje recuerdo que ayudaba el hecho de rodar cronológicamente, y lo mal que lo pasaba, porque tengo mucho vértigo, cuando me asomaba al bordillo para hablar a los del piso de abajo… pero le iba bien a mi personaje. Me pasó lo mismo con el perro que tenía, soy animalista y estaba muy pendiente de que se le cuidara, que se le trató de maravilla, además el dueño estuvo siempre en el rodaje. También contribuía a recrear el ambiente el olor de los alimentos que se estropeaban, lo que nosotros comíamos estaba bien, pero la montaña acumulada a veces era un basurero. Y hubo momentos muy agradables con el equipo, propiciados por ese maravilloso País Vasco en el que se rodó con los vinos y los pinchos.