Entre los iconos de Nueva York, no sólo la Estatua de la Libertad (regalo del pueblo francés a la nación estadounidense, en 1886, para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia del país) es el único que aglutina una cantidad indecente de turistas al cabo del año. Existe otro lugar de peregrinaje, uno que se encuentra en los anales de la memoria de la ciudad y de una industria, uno que –con el tiempo– se materializó en un enclave icónico de la ciudad que nunca duerme (precisamente, por todos los sueños que le quedan por vivir).
Tiffany & Co., fundada en 1837 por Charles Lewis Tiffany, es una joyería de lujo global sinónimo de elegancia, innovación, diseño, alta artesanía y excelencia creativa. Un referente de la joyería mundial que levantó su buque de la Quinta Avenida con la calle 57 se convirtió en un punto de encuentro para quienes entienden el buen como un bien de lujo y símil de elegancia.