AL presidente de OpenAI le brillaron los ojos. Greg Brockman sintió lo mismo que Neil Armstrong cuando dio ese primer paso en la luna que lo cambió todo. Ya desde esas épocas, donde los astronautas eran estrellas de rock, la Inteligencia Artificial venía solucionando problemas pero que en definitiva eran de nicho, lejos del gran público. El auténtico diálogo hombre-máquina basado en lenguaje natural siguió siendo algo más propio de la ciencia ficción hasta la irrupción mundial de ChatGPT.
“Mi momento wow –le confesó Brockman a Chris Anderson, el fundador del movimiento TED– fue cuando vi que podíamos hacer emerger la semántica, o sea, el significado de los textos. Nos pasaba lo mismo que a todos, los fracasos eran la regla Quizá nuestra diferencia es tener un equipo con una amplia diversidad, pero que al mismo tiempo trabaja en armonía. Un día alguien estaba entrenando un modelo para predecir el siguiente carácter en las reseñas que dejan los usuarios en Amazon. Se trata de un proceso sintáctico, se supone que el modelo va a predecir dónde van las comas, los verbos y sustantivos. Y listo, tenemos una oración bien formada. Pero él obtuvo una nueva forma de clasificar el sentimiento que había detrás del texto. Ese fue un gran resultado. El modelo puede decir si el review