Escapada Peugeot 408 en América
LA MAJESTUOSA TORRE DE AGUA se alza sobre el Peugeot 408 rojo como una de las imponentes máquinas de guerra alienígenas descritas en las obras de H.G. Wells. En ella se encuentra impresa la palabra “Jackson”, que orgullosamente anuncia este asentamiento ubicado al sureste de Atlanta, en Georgia.
Mientras conducimos por un estrecho camino de asfalto de un solo carril de color blanco hueso, el suave susurro del motor de tres cilindros nos acompaña. A ambos lados del camino se encuentran casas de una sola planta, dispersas generosamente en el paisaje, ondeando las típicas banderas con barras y estrellas. Las cúpulas de las iglesias destacan brillantes contra el cielo azul pálido. En cuestión de minutos, llegamos al centro de la ciudad, la cual no es muy grande, con poco más de 5.000 habitantes.
En el corazón de la ciudad se encuentra la plaza central, dominada por la impresionante fachada de ladrillos anaranjados de la Biblioteca Hawkins. Al observar con detenimiento, podemos contemplar el Cine, donde trabajaba Steve Harrington en la ficción, la tienda Melvalds de Joyce Byers (inerpretada por Winona Ryder), y Radio Shack, administrada por Bob Newby antes de su enfrentamiento con los demogorgons… Aunque estos edificios nos resultan de lo más familiares por su aparición en la exitosa serie de Netflix, Stranger Things, es la primera vez que estamos aquí.
El estado de Georgia se ha convertido en el nuevo Hollywood, apodado “Y'allywood” por los lugareños, y Jackson se ha convertido en el doble de la ciudad ficticia de Hawkins, Indiana, que ha ganado popularidad gracias al fenómeno televisivo. La serie está ambientada en los años 80, cuando la problemática presidencia de Jimmy Carter, originario de Georgia, dio paso a un clima de optimismo bajo el mandato de Ronald Reagan. Fue una década en la que los fabricantes de automóviles japoneses establecieron fábricas en el sur de Estados Unidos, las ventas de SUV comenzaron a crecer y marcas francesas como Renault, Citroën y Peugeot tenían una presencia modesta en el país.
En su punto más alto, las ventas de Peugeot en Estadospuertas y pick-up. Sin embargo, para 1989, las ventas cayeron a tan solo 6.095 unidades, y la introducción del modelo 405 apenas tuvo impacto en el mercado. Para 1991, los volúmenes se habían reducido a la mitad nuevamente y Peugeot dejó de exportar vehículos a Estados Unidos.