Legendarias criaturas del océano, mitad humanas y mitad pez o serpiente del océano, las sirenas son un ejemplo de la teriantropía que nutre la galería de criaturas mitológicas de distintas culturas. Para encontrar sus primeras apariciones hay que remontarse a los asirios del año 1000 a. C., cuando las aún más antiguras fábulas de tritones que precedieron a las sirenas encuentran nombre propio en Atargatis, diosa de la fertilidad protagonista de la mitología del norte de Asiria, vinculada al cielo y a la tierra, mostrando esa característica básica de los personajes puente entre mundos que marca temáticamente el teriomorfismo presente ya en las pinturas rupestres de nuestros antepasados más remotos.
Otras culturas tomaron prestada la figura de Atargatis para dar lugar a sus propias versiones del mismo concepto, convirtiéndola en inspiración asiria para otras diosas posteriores y más cercanas al acervo cultural occidental, como Afrodita, Cibeles, Rea…, además de las nereidas o ninfas que habitan la mitología de la antigua Grecia que, entre otras cosas, portaban el mítico tridente del dios Poseidón y en la mayor parte de sus encuentros con los humanos se mostraban como aliadas de los marineros en dificultades, como las que ayudaron a Jason y sus argonautas en su viaje para encontrar el Vellocino de Oro. La otra cara de la moneda la encontramos en los inquietantes pero seductores cantos de las sirenas que intentaron atrapar a Ulises y sus marineros en la Odisea, que bajo su belleza ocultaban una naturaleza cruel.
De estas dos corrientes principales –la sirena aliada y la sirena hostil–, se han nutrido las versiones cinematográficas de estos personajes desde los primeros tiempos del cine mudo. En esta entrega de “Cartelmanía” destacamos algunas apariciones de sirenas en el cine en forma de ficha, pero añadimos otras que nos parecen curiosas y que pueden servir como pistas para posibles visionados.
Tras varios cortometrajes con sirenas como figuras invitadas, la primera sirena protagonista del cine apareció en el cortometraje (1911), interpretada por Annette Kellerman, que luego protagonizó el largometraje que abre la selección de carteles de este mes,, en 1918.