Estrella del estudio Metro Goldwyn Mayer, británica de nacimiento con doble nacionalidad estadounidense, Eileen Evelyn Greer Garson alcanzó la popularidad y al mismo tiempo un papel de icónico símbolo de los ánimos combativos de la retaguardia aliada durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, como voy a intentar explicar en este texto, su recorrido como estrella va mucho más allá de la película que la consagró definitivamente como estrella atemporal, La señora Miniver (1942), dirigida por William Wyler
Reina de la retaguardia en la Segunda Guerra Mundial
Clásico imprescindible del cine de propaganda producido por los anglosajones durante el conflicto, este largometraje fue piropeado por el primer ministro británico Winston Churchill, quien en uno de sus alardes verbales afirmó que había hecho más por la causa aliada que una flotilla de destructores. No estaba solo en esa opinión, lo cual quedó demostrado cuando el discurso final del vicario de la película fue elegido por el presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, para que fuera radiado por la emisora La Voz de América y se imprimieran copias para lanzarlas sobre una Europa sumida en la guerra a modo de propaganda. Y como no hay dos sin tres, un tercer protagonista del conflicto en la vida real, el ministro de Propaganda nazi Joseph Goebbels, dejó escrita una opinión sobre la película incluso aún más definitoria del poder de la película: “Aunque no se pronuncia una sola palabra de hostilidad contra Alemania, la tendencia antialemana está perfectamente lograda”. Incluso proyectó el largometraje como modelo a los productores cinematográficos germanos para explicar cómo hacer las películas nazis mejores en lo referido a su función propagandística.
La película aportó a demás a la vida privada de la actriz un giro importante, lo cual demuestra el poderoso efecto que tiene el azar en buena parte de las cosas que nos ocurren en este mundo considerando que inicialmente el papel protagonista que interpretó Greer Garson se lo había adjudicado el estudio a su colega Norma Shearer, quien lo rechazó porque no quería interpretar un papel de madre. Consideraba que eso podría limitarla profesionalmente y