SANTIAGO CALATRAVA
RESUCITAR
finales del siglo xix, cuando el de Nueva York (Estados Unidos) no lo definían aún los rascacielos, la creciente comunidad griega de la ciudad se reunía en un caserón ubicado en el 155 de Cedar Street, en el Bajo Manhattan. Durante años su segundo piso funcionó como iglesia, hasta que, en 1916, la comunidad hizo una colecta entre sus miembros –recaudando 25.000 dólares de la época– para reconvertir el edificio en un verdadero templo cristiano ortodoxo,