La ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Yasmín Esquivel Mossa vuelve a dar de qué hablar. O más bien, procedió penalmente para que no se hable de ella ni de su privilegio. Acaba de denunciar a una serie de periodistas y medios de comunicación que dieron a conocer un par de imágenes de ella y su familia durante sus días de descanso, esta Semana Santa, en Whistler, Canadá.
Sin haberlo pretendido, la ministra detonó una disputa de derechos que merece mucha atención en esta época, donde por obra de las redes sociales se ha vuelto tenue la frontera entre lo público, lo privado y lo íntimo, y también donde