CUÉNTANOS POR QUÉ…
Es porque madrugo mucho y en ese momento es como echar una gota de Fairy sobre tus amigos, jejeje. Suelo correr sola porque también es mi rato de Desde niña amo la fruta y lo verde, pero aquí tengo que decir un “no puedo elegir” porque un bocata de tortilla de patatas con pimientos fritos es una maravilla para reponer fuerzas y para un banquete de boda. Mi capacidad para tropezarme con una línea en el suelo es asombrosa. Me he caído de formas que parecería imposible. De hecho, entre 2008 y 2010 no pude correr porque pisé mal y me hice un esguince de rodilla y ¡madre mía lo que tarda eso en curarse! Si corro en grupo… lo vivo en grupo. Yo ni compito en mi vida personal ni en la laboral ni corriendo. Mi pique es conmigo misma y el querer bajar de equis tiempo, pero no tengo yo cuerpo ni entreno como para ser líder de pelotón. El café es mi pasión. El olor, el sabor, el ritual de tomártelo. Que amanezcas y la casa huela a café, eso no hay Ambipur que te lo iguale. Las dos, porque depende del día. La música me ayuda a concentrarme en la carrera, pero otras veces el cuerpo me pide silencio. ¡Abrazo y fuerte! Soy de abrazar, de dar beso, de dar pellizco, de contacto, vaya. A mí no me sale ni dar la mano. ¡Hay que perder el miedo (emocional) a manifestar la alegría y el cariño!