ALGUIEN PODRÁ PENSAR QUE ESTOY LOCA. A todo el mundo le gusta ir de vacaciones a la playa, al calor, un sitio donde se pueda llevar poca ropa y se oiga el mar de fondo. A mí me gusta, pero hay otro sitio que me gusta todavía más y tiene poco que ver con el concepto tradicional de descanso. Cuando la nieve te apasiona, no hay un sitio mejor en el mundo en el que pasar unos días. Si Papá Noël, que es el abuelo de todo el planeta, eligió aposentarse en el lugar más inhóspito del mundo, será por algo. Ya había estado varias veces por aquella zona, pero nunca tan arriba. La última vez que escribí sobre algo parecido, lo llamé “mi parque de atracciones favorito”. Lo sigue siendo, pero no quiero repetirme.
Una ubicación 200 kilómetros más allá del Círculo Polar Ártico, que ofrece