se mide en complicaciones, esas funciones que van más allá de dar la hora, como las fases de la Luna y la sonería. Pocas marcas pueden presumir de dominar las más intrincadas desde tiempos remotos, generación tras generación, lo que les aporta una legitimidad histórica con la que las relojeras más jóvenes no pueden ni soñar. Una de las más longevas y con más poderío técnico es la suiza Audemars Piguet, que fueuna de las personas involucradas en ese proceso ha sido Anne-Gaëlle Quinet, experta en complicaciones de la compañía. Una , pues se cuentan con los dedos de las manos las mujeres que militan en el campo de las altas complicaciones.
